
Arnarulunnguaq fue una mujer groenlandesa conocida por su papel como participante en la famosa "Quinta expedición Thule" de 1921 a 1924, liderada por el explorador danés Knud Rasmussen. Desempeñó un papel importante en esta expedición y se convirtió en un símbolo de fuerza y resistencia.
Sus antecedentes: Arnarulunnguaq nació en Groenlandia alrededor de 1896 y fue parte de la población inuit original. Era una mujer capaz y resistente que fue elegida para acompañar a Rasmussen y al viajero groenlandés "Qaavigarsuaq Miteq", también conocido como "Qaavigarsuaq", en su largo y peligroso viaje. Su participación se debió tanto a su conocimiento de la supervivencia en el Ártico como a su capacidad para adaptarse a las duras condiciones.
"5. Expedición Thule": La quinta expedición Thule tuvo como objetivo documentar las condiciones etnográficas y arqueológicas en las regiones árticas y encontrar conexiones entre las culturas inuit de Groenlandia y los pueblos que vivían en América del Norte. El viaje abarcó miles de kilómetros y Arnarulunnguaq fue una de las pocas personas que completó toda la expedición desde Groenlandia, pasando por Canadá, hasta Alaska. Arnarulunnguaq se convirtió rápidamente en una parte inestimable del equipo. Era especialmente hábil en tareas prácticas como coser ropa con pieles de animales, construir tiendas de campaña y campamentos, cazar y preparar alimentos y navegar por el duro y frío terreno. Sin su contribución, el éxito de la expedición habría sido difícil de lograr. Sin embargo, sus esfuerzos se vieron a menudo eclipsados por sus compañeros de viaje masculinos, pero en los últimos años los historiadores han reconocido cada vez más su contribución a la expedición.
Su importancia: Arnarulunnguaq representa una parte importante de la historia de Groenlandia y la contribución de las mujeres a la investigación polar. Su participación en la expedición ha inspirado a las generaciones posteriores de mujeres groenlandesas a valorar su herencia y su contribución a la historia del descubrimiento.
Murió en 1933, pero su memoria sigue viva como pionera y figura inspiradora en la historia de Groenlandia y el Ártico. Hoy en día, se la considera una figura importante que desafió los roles de género y demostró que las mujeres podían afrontar las condiciones extremas de las regiones árticas tan bien como los hombres.